
Esta bitácora comenzó sin pretensiones o, mejor, con la más importante que puede tener cualquier docente: compartir sus experiencias con sus pupilos, convertirlas en material atractivo para la instrucción y la promoción de valores
De la necesidad de escribir brotaron mis crónicas, siempre aderezadas con consejos para aquellos que comparten conmigo otra de mis grandes pasiones, además de la enseñanza y la escritura: los viajes. Se puede conocer el mundo a través de los libros. Pero si un día aquello que encontraste en las páginas impresas lo puedes tener frente a ti, embriagar tus sentidos, el descubrimiento será considerablemente más enriquecedor. De tales experiencias germinan textos para motivar y practicar la lectura, materiales didácticos zurcidos por un profesor que, como cualquier sastre con sus hilos, disfruta hilvanando palabras.